El embarazo canino paso a paso.
El embarazo canino dura entre 63 y 67 días: es una fase clave para que los cachorros crezcan fuertes y sanos. De la primera a la tercera semana desde el momento en el que el esperma fertiliza el óvulo es cuando empieza la fecundación. A partir de ese instante, comienzan a producirse la miríada de divisiones de la célula recién fecundada que formarán el cuerpo del futuro cachorro. Se inicia entonces el viaje hacia el útero, donde el embrión se sujetará a las paredes (esto ocurrirá en torno al día 19) para proseguir su delicado desarrollo. E torno al día 22 podrá diferenciarse ya la cabeza y el tronco del embrión. De la cuarta a la sexta semana las células de los embriones, de entre dos y tres centímetros de tamaño alrededor del día 28, están, en este periodo de la gestación, centradas en formar lo que serán los órganos del cuerpo del cachorro; además de los músculos y huesos. Los ojos y la médula espinal del embrión también emprenden su desarrollo en estas semanas del embarazo de la perra. Se produce, además, la diferenciación entre machos y hembras. Durante la segunda mitad de la gestación el crecimiento se acelera y comienza el verdadero desarrollo corporal fetal. Para el día 30 los incipientes órganos principales ya estarán presentes en el futuro cachorro. Incluso el corazón ha empezado a producir sus primeros latidos, y las extremidades comienzan a crecer. Este es, asimismo, el momento más delicado de la gestación.
El cuerpo de la perra podría decidir desechar los fetos tras semanas de desarrollo. Si en este momento, o en cualquier otro durante la gestación, observase un sangrado vaginal anormal, acuda con urgencia a su veterinario ya que, si se tratase de un aborto espontáneo, su perra necesitará cuidados especiales y ser monitoreada para evitar efectos secundarios adversos en el animal. De la séptima a la novena semana el crecimiento continúa su curso. Los cachorros ganan peso y toman los nutrientes que precisan a través de la placenta de su madre. En torno al día 55 entramos en las etapas finales de su desarrollo. Los fetos ya tienen un aspecto similar al que tendrán fuera del vientre materno. El hocico, responsable del extraordinario sentido del olfato del perro, se desarrolla tarde: en el último tercio de la gestación. Aparece entonces el pelo, que debe las variadas combinaciones de color de los pelajes a la mezcla de dos únicos pigmentos: negro y amarillo. Los cachorros ya tienen patas y bigotes y, en esta fase, también se desarrolla su temperamento: las hormonas presentes en este proceso marcarán en gran medida su personalidad. LLEGA EL PARTO. El gran momento del parto llegará a partir del día 63. El momento mismo del parto no debe, en ningún caso, obviarse. La perra debe contar con un ambiente tranquilo y sin extraños, personas y animales ajenos a la casa. El ambiente y el lugar del parto han de ser los más adecuados. Es aconsejable contar que un fondo acolchado con toallas para que la perra y los cachorros estén más cómodos y evitar el frío directo del suelo; pueden ser cambiadas cuando se ensucien sin dificultad. Además de todos estos cuidados, comienza el momento de la lactancia, que requerirá ciertos cuidados especiales tanto de los cachorros neonatos, como de la nueva mamá.